conductual: el tratamiento recomendado más basado en la evidencia para el mutismo selectivo es la terapia conductual con exposición controlada. El terapeuta trabaja con el niño y sus padres para acercarse gradual y sistemáticamente a los entornos donde no puede hablar, construyendo su confianza en una situación a la vez. El niño nunca es presionado para hablar, y siempre es animado con refuerzo positivo., Se utilizan técnicas especializadas para guiar la exposición creciente del niño a entornos difíciles, y el terapeuta enseñará a los padres y al niño cómo usar estas técnicas en entornos de la vida real. Los enfoques más nuevos ofrecen evidencia de que el tratamiento intensivo desde el momento del diagnóstico puede resultar más efectivo que las sesiones semanales tradicionales.
farmacológico: no todos los niños con mutismo selectivo requieren medicación., A algunos niños se les pueden recetar medicamentos contra la ansiedad desde el principio, por lo general si su presentación inicial es bastante grave, si han tenido SM durante mucho tiempo, si no les ha ido bien con una psicoterapia conductual u otra, si tienen un historial familiar muy fuerte de trastornos similares, o si sufren de otros trastornos de ansiedad deteriorantes, así como mutismo selectivo. A algunos niños se les recetará medicamentos si los resultados de una intervención conductual inicial no alcanzan los beneficios deseados, o si el proceso es demasiado oneroso., Muchos niños que toman medicamentos como parte de su tratamiento encuentran que las tareas de exposición se vuelven más fáciles de tolerar, lo que marca la diferencia entre el éxito y la evitación. El medicamento preferido para la SM es uno de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, más conocidos como antidepresivos. Los ISRS son eficaces para la ansiedad y son bien tolerados por los niños, que siempre deben ser monitoreados para detectar la presencia de efectos secundarios.