España pasa a formar parte del Imperio visigodo

durante el siglo IV d.c. la Península Ibérica fue invadida por tribus germánicas ( suevos, vándalos y alanos).El Imperio Romano estaba en declive y a principios del siglo V habían perdido todo excepto Tarraconensis ( Tarragona). Con el fin de tratar de recuperar el control de Hispania, los romanos hicieron un pacto con los visigodos que en el año 415 d.c. expulsaron a los alanos y vándalos de la parte central de la península.,

a finales del siglo V, habiendo logrado la independencia de los romanos, el Reino Visigodo de Tolosa ( con su capital en Toulouse) controlaba el suroeste de Francia y la mayor parte de la Península Ibérica. Los suevos mantuvieron el control de lo que hoy es Galicia y los cántabros y vascos se aferraron a la Cordillera Cantábrica, como lo hicieron bajo los romanos.

en el siglo VI los francos expulsaron a los visigodos de Francia y los bizantinos tomaron el control de la franja costera del Sur de España., Los visigodos trasladaron su capital primero a Barcelona y finalmente a Toledo donde se hicieron más poderosos y durante el reinado del rey Leovigildo, fueron capaces de conquistar los suevos.

en el año 587 D.C., el Hijo del rey Leovigildo se convirtió del arrianismo al catolicismo, al igual que los otros Nobles visigodos, creando así la unidad religiosa entre los visigodos gobernantes, la iglesia y la población Hispano – romana., Durante el reinado del Rey Suintila reconquistaron la zona previamente perdida a los bizantinos, lo que significa que los visigodos controlaron toda la Península Ibérica (excepto la Cordillera Cantábrica). Sin embargo, el siglo VII vio conflictos internos entre diferentes facciones visigodas. Los Reyes sucesivos fueron usurpados o asesinados y esto combinado con una crisis económica en curso significó que los musulmanes Omeyas encontraron poca resistencia cuando invadieron España en Gibraltar en 711.

unos años más tarde fue un Noble visigodo (Pelayo) quien en 718 A.,D fundó el reino cristiano de Asturias después de vencer a los Omeyas en la batalla de Covadonga, que fue el comienzo de la reconquista cristiana de España.